El día de hoy escribo para esas almas valientes de las que me permitieron entrar en su corazón y conocerlos mejor con sus experiencias y con cada momento de felicidad que me brindaron en esos caminos difíciles de la vida, en los cuales me dieron la fuerza para seguir, a pesar de mis fallas y tristezas. Pero me doy cuenta de que cada legado que nos deja una persona bueno es para compartirlo y ayudar a los demás, sin embargo, el creer que a veces no podemos lograrlo, es de meditar y descubrir que cada cosa que hagas bien tiene un significado importante, para las personas a las que les permites entrar en tu vida, como esa llave dorada para abrir la puerta y encontrar el verdadero reflejo de tu corazón al recordar que los mejores regalos se encuentran en las cosas más simples y sencillas, como en una sonrisa o una pequeña palabra en busca de un nuevo amanecer construyendo un camino poco a poco con fuerza y voluntad, como esa semilla que aunque sea muy pequeña va creciendo y se va convirtiendo en una hermosa rosa.